Puerto Rico exportará carne de "gallinas de palo" (iguanas) por sobre población.

(Archivo)

La carne de iguana no le es apetecible a los puertorriqueños, pero es muy popular en otros países en Latinoamérica y Asía.

Primerahora.com
Se infiltran en las subestaciones eléctricas causando apagones, se pasean por la pista de aterrizaje del aeropuerto Luis Muñoz Marín provocando atrasos en los vuelos, y hasta causan accidentes automovilísticos porque se sienten dueñas y señoras de las carreteras.

Imaginamos que saben de qué hablamos.

La sobrepoblación de iguanas en la Isla se ha vuelto casi incontrolable. Actualmente, se estima que hay al menos cuatro millones de gallinas de palos, número mayor a la población de personas que viven aquí.

Pero, ¿qué ha hecho el Gobierno para combatir la “plaga verde”?

Sencillo. Piensa exportarlas.

“Esto es un problema serio. Tenemos que manejar ese tipo de invasión”, dijo a The Wall Street Journal el secretario del Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA), Daniel Galán Kercadó.

“Son una especie molestosa y tenemos que atacarla”, agregó.

Y es que según Galán Kercadó, el exportarlas no solo ayudaría a disminuir la cantidad, sino que crearía empleos.

La carne de iguana no le es apetecible a los puertorriqueños, pero es muy popular en otros países en Latinoamérica y Asía.

A diferencia de los boricuas, que en su inmensa mayoría consideran a esta especia una plaga, en América Latina estos animales se comen en guisos. También utilizan su aceite para tratar el reumatismo y algunas contusiones. Algunos, incluso, los consumen con la esperanza de aumentar su deseo sexual, según publicó un informe reciente del gobierno estadounidense sobre los reptiles.

Luis Ramírez Camejo, un joven panameño que cursa estudios en la Universidad de Puerto Rico no podía creer lo afortunado que era cuando arribó a la Isla y descubrió la cuantía de iguanas que viven en nuestra tierra.

“En mi familia la carne de iguana es un lujo”, comentó el estudiante que de vez en cuando caza un par de iguanas y las hace en guisos junto con tomates y cebollas.

“No se consiguen fácilmente”, continuó.

Según relató Ramírez Camejo, una vez colocó la piel de uno de estos animales a secar en la ventana de su dormitorio y sus compañeros quedaron horrorizados.

“¿Cómo puedes comer eso?”, le cuestionaban.

A partir de ese día, el joven ha decidido secar la carne en un horno microondas.

Iguanas criollas
Esperanzado en incursionar en un negocio que parece ser bastante lucrativo, el Gobierno está animando a empresarios a que comiencen sus negocios en exportación ofreciéndoles incentivos y subsidios.

Tal es el caso de José Luis Monge, fundador de “La mejor carne de iguana de Puerto Rico”, quien está en proceso de construir una carnicería en la capital y espera exportar- algún día- cerca de 2 mil libras de carne a la semana.

Hasta el momento, tiene alrededor de 600 lagartos que ha comprado a diferentes cazadores. Los animales, que pueden llegar a medir hasta seis pies, incluyendo la cola, viven en un corral en la parte trasera de su residencia y se alimentan de mangos, plátanos y zanahorias.

“Les construí una piscina de hormigón, pero les gustó”, dijo.

“Les gusta la naturaleza, la tierra, la hierba…”, contó Monge, quien decidió construirles piscinas de barro.

Se venden como “pan caliente”
Anshu Pathak es dueño de un mercado de carnes exóticas en California llamado Perris, y un potencial cliente para los empresarios puertorriqueños que se lancen a la aventura de exportar carne de iguana.

Vende de todo. Desde carne de Zebra, hasta carne de antílope.

Según Pathak, en Estados Unidos existe un “apetito sano” por la carne de las llamadas gallinas de palo, especialmente entre los latinos y los asiáticos.

“Vendo todas las iguanas que consigo”, expresó.

Según se pregona, el animal posee propiedades afrodisíacas.

“El sexo es mi principal punto de venta”, agregó Pathak.

“A todos les gusta el sexo, ¿no? Así que por favor, coman mis iguanas”, advirtió.